La Comunidad para la Misión Integral LaTribu-Guatemala es un proyecto «emergente»


La Comunidad para la Misión Integral LaTribu es un proyecto nuevo en Guatemala; tiene la característica de ser innovador y fresco. Por ello, algunos quizás piensen que es un proyecto “quijotesco”.  Es decir, que por su característica de “aventurero” puede ser tan irreal como el mismísimo “quijote”.  Ellos verán en esto una debilidad, nosotros una oportunidad.

Don Quijote de la Mancha

Por lo anterior, comparamos nuestra historia con la del “Caballero de la Triste Figura”.

Don Quijote no quiso aguardar más tiempo a poner en efecto su pensamiento, apretándole a ello la falta que él pensaba que hacía en el mundo su tardanza, según eran los:

1.     Agravios que pensaba deshacer
2.     Tuertos que enderezar
3.     Sinrazones que emendar
4.     Abusos que mejorar
5.     Y deudas que satisfacer.

Y así, sin dar parte a persona alguna de su intención, y sin que nadie le viese, una mañana, se armó de todas sus armas, subió sobre Rocinante, puesta su mal compuesta celada, embrazó su adarga, tomó su lanza, y, por la puerta falsa de un corral, salió al campo con grandísimo contento y alborozo de ver con cuánta facilidad había dado principio a su buen deseo.

Es de esta manera como, con demencia controlada, hemos emprendido  este viaje.  Armados solamente con lo que Él nos dio y mientras le plazca, durase nuestro ropón, pan y techo sin goteras.

Para mí, señor visitante, cualquier cosa basta, porque mis arreros son las armas, mi descanso el pelear. Apearnos, con seguridad, bien el calzado es preciso porque al alba partiremos. La puerta falsa del corral ha sido abatida y el campo nos espera.

Según esto, si bien le place el escoltarnos, señor visitante, las camas de vuestra merced serán duras peñas, y nuestro dormir, siempre el velar. Únase a nuestra ventura y disfrute con agrado encomiar las armas que hemos recibido.

Nuestra mayor locura es empezar a extender el Reino de Dios antes que iniciar cualquier grupo que realce algún ritual o lealtad a la religiosidad heredada. Dígase pues, de nuestro epitafio, como dijo Sancho:

Yace aquí el Hidalgo fuerte que a tanto extremo llegó de valiente, que se advierte que la muerte no triunfó de su vida. Tuvo a todo el mundo en poco;  fue el espantajo y de este mundo el loco, en tal coyuntura, que acreditó su ventura morir cuerdo y vivir loco.

A la tercera luna, de los tantos años de la locura,

vuestros siempre servidores,

Angel y Claudia

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